El trauma
emocional

El trauma emocional permanece en nuestro inconsciente, pero hace que nos condicione el resto de nuestra vida y sirva de “disparador” de un profundo y crónico malestar emocional y físico, ante determinadas circunstancias de la vida.

 

Solucionando el Trauma emocional con Estela Well

Estela Well

Experta en SincroEmoción

Cuándo aparece

Todo trauma emocional proviene de la infancia y aparece a edad muy temprana, anterior a los 3 años.

A esta edad carecemos de conciencia y toda percepción de nosotros mismos y del universo que nos rodea. Esta conciencia se produce a través de nuestra propia madre y más tarde, también del padre. Como cuidadores principales, fragmentan y programan nuestro cerebro. Nos enseñan todo cuanto sabemos y necesitamos para contactar con el mundo, nos dan todo aquello que formará la biblioteca de nuestros primeros recursos y todo lo aprendido, desde los conceptos básicos hasta el lenguaje verbal y no verbal, además del contenido emocional de todas las cosas.

En esta etapa, todas nuestras experiencias y aprendizajes son de naturaleza emocional, porque solo utilizamos el hemisferio derecho que percibe la realidad de manera emotiva y hace que se produzcan reacciones y afloren emociones dentro de nuestro cuerpo.

Estamos “enamorados” de nuestros padres, son nuestro mundo, nuestra verdad y bondad, son nuestros superhéroes y nuestros referentes morales y sentimentales. Por eso, no cuestionamos sus enseñanzas ni su ejemplo y damos por hecho que es lo único correcto y lo único posible. Necesitamos su amor incondicional, su cercanía física, su atención, su omnipresencia, su cariño, sus explicaciones, su paciencia y su sabiduría. Somos nada sin ellos. Esta es la esencia del “apego seguro” que construimos con nuestros padres y es lo que nos convierte, en la edad adulta, en personas autosuficientes que afrontan la vida sin miedo y con coraje, que exploran, se atreven y consiguen sentirse libres y ser felices

Cómo deshacerse del trauma emocional

Cómo se desarrolla

El trauma emocional aparece cuando la madre, y más tarde el padre, no acuden a nuestra llamada de auxilio, para explicarnos cada una de las cosas que sucede en nuestro pequeño mundo de la infancia: no nos acarician, no nos aceptan, no nos aman en cada momento, no nos mecen en sus brazos, no calman nuestro llanto nocturno, no nos permiten explorar, caer, ensuciar, fracasar…etc.

El trauma no es otra cosa que una red neuronal que no encuentra recurso, respuesta o explicación dentro de nuestro mundo. Es un suceso no comprendido, ni explicado y no asumido por nuestro cerebro. A veces, es una simple ausencia en el momento más crucial, una agresividad transitoria, una muerte, una enfermedad, una oscuridad, una pelea… cualquier cosa que nos asusta y nos hace sentirnos solos, desprotegidos, no comprendidos y dejados a nosotros mismos. Esta red neuronal que se genera en nuestro hemisferio derecho, a menudo es permanente y se queda para siempre con nosotros, desde la “escena origen” que le sirve de inicio.

El trauma emocional está en nuestro inconsciente y casi nunca recordamos por qué sucedió, pero hace que nos condicione el resto de nuestra vida y sirva de “disparador” de nuestro profundo y crónico malestar emocional y físico ante determinadas circunstancias que ocurren en nuestra vida como estímulos que ponen en marcha la misma red neuronal que generó ese trauma en la infancia. Esta red neuronal hace que seamos incapaces de superar nuestras limitaciones, incluso en aquellos casos que podemos entender lo irracional, repetitivo y autodestructivo que es nuestro comportamiento.

La superación del trauma emocional
la ruptura emocional

Tres emociones primarias

Hay tres emociones primarias que aparecen en nuestra infancia y que caracterizan nuestra estructura emocional: miedo, culpa y vergüenza.

En la SincroEmoción postulamos que estas son las tres emociones primarias que rigen nuestra personalidad y nuestro destino. Nuestra vida entera está supeditada a una o varias de estas emociones o las tres juntas.

¿De qué depende la base emocional de nuestra personalidad? Por supuesto del tipo de apego que hayamos desarrollado con nuestros padres en los primeros años de la vida y, mayoritariamente, con la madre.

La buena pregunta es: ¿Qué podemos hacer para cambiarlo y sanar el trauma emocional? Lo más importante es darnos cuenta del trauma

Mi trabajo es enseñarte cómo encontrar tu red neuronal traumatizada, conectarla con los recursos que tienes en tu presente en el hemisferio izquierdo y que la puedas integrar para siempre en una vida emocional más plena.

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